miércoles, 22 de diciembre de 2010

Ya no me encuentro preguntando sobre amor, por fin no hay nada que pretenda no saber.
Entiendo que no hay relación entre amar y envejecer. Ya no me encuentro preguntando como dar, por fin comparto por el miedo de perder, el milagro de tus caricias llegando el amanecer. Ya no me encuentro contestando un “¿yo que se?" por fin entiendo que en tus redes yo caí. Ya no me encuentro preguntándome "¿por qué?" por fin entiendo de una vez que es porque sí, 
porque te vi, te dejé entrar, cerré la puerta y te elegí. Porque esos dos faroles pueden hacer que si estoy fané, las pequeñas cosas se bañen del brillo de esa ternura que transmitís cuando me miras. Hoy puedo entender que te gusta el té, que odias el café, que no querés rosas, que a pesar del vértigo no hay altura que impida que me saque el disfraz. Tirando a matar, dándonos changüí, puro razonar, puro frenesí. Se escribe así nuestra historia: que funcione o no, que esté bien o mal vivirlo con vos para mí es la gloria. Sin escatimar, sin darnos de más sin acelerar sin tirar pa' atrás, siempre fue así nuestro asunto: le falta de acá, le sobra de allá, retocándolo, pero siempre juntos. Ya no le temo a esa cagona que habita en mí, ni a sus ataques tontos de furia recoz. Distingo excusa y resultado y hoy elijo estar con vos. Ya no me encuentro figurando en el "verás" por fin no veo mas que lo que va a venir, pago el precio de tenerte, darte  amor y ser feliz. Porque me es imposible imaginar agonía más cruel, más aterradora que tu canto y mi danza alejándose uno arriba del tren y otro en la estación. En los momentos en que quiero escapar de mi propia piel, vos  sos mi doctor. Con mi panza y tu panza rozándose no hay poeta que no haga una canción. Siempre fue así nuestro asunto: le falta de acá, le sobra de allá, retocándolo, pero siempre juntos. Siempre juntos

No hay comentarios:

Publicar un comentario